martes, 29 de junio de 2010

Avances en el Proyecto

Estamos trabajando duro para finalizar lo antes posible la construcción de los invernaderos. Las tareas al ser casi todas manuales, requieren de bastante esfuerzo y al hacerse con personal voluntario, no siempre se cuenta con toda la gente necesaria, lo cual hace más lento y costoso el avance. En todo caso ya tenemos finalizados los muros del invernadero y también la estructura que sujetará el techo de plástico.

En la foto 1, se puede ver el camión descargando el último pedido de ladrillos de adobe, necesarios para la construcción de los muros, que ya se pueden ver terminados en la foto 2.

La foto 3 muestra como se está picando el suelo original (arcilloso), a fin de rebajar el nivel y así posteriormente introducir una capa de tierra más rica en nutrientes (que será en la que introduzcamos nuestro cultivo).

En las fotos 4 y 5 podemos ver el inicio del proceso de instalación del armazón que conformará el techo. Este proceso comienza fijando con alambres dos listones de madera en los laterales de la carpa solar.


Posteriormente se introducen en el centro del invernadero los pilares, proceso este bastante laborioso; pues no disponemos de barrena para hacer los agujeros (foto 6).

En la foto 7, los pilares se van uniendo con las vigas y estas vertebran los brazos que sujetarán el techo plástico (fotos 8 y 9).

En las fotos 10 y 11, cubrimos el invernadero con el agrofilm (sin duda lo más duro es su tensado, labor en la que actualmente estamos inmersos).


Por último en la foto 12, tenemos a algunos de los protagonistas anónimos, que con su esfuerzo nos han ayudado a llegar donde estamos.

lunes, 7 de junio de 2010

Fotos Proyecto Agricultura Urbana

Invernaderos en Villandrani

Exterior Carpa Solar San Roque.

Interior Carpa Solar El Progreso


Interior Carpa Solar San Roque


Mujeres productoras en Feria de Agricultura

Fotos de El Alto

Barrio de Senkata


Barrio El Progreso


Construcción de nuevos invernaderos

Posiblemente muchos y muchas no sabréis como se construye un invernadero y aun menos la “versión boliviana” o carpa solar; por eso me parece interesante compartir este aprendizaje, aprovechando las posibilidades que ofrece el blog.
Lo primero de todo, comentar que a tenor del clima y la situación geográfica de El Alto (con una altura superior a los 4.000 m., épocas secas y fríos extremos), la utilización de invernaderos en la agricultura se hace indispensable; pues sin ellos, sólo durante el verano (que coincide con el momento del año más húmedo y cálido), se podría cultivar; y es que aquí el clima está entre caprichoso… y “curioso”.
A modo de ejemplo puedo deciros que el verano es cuando las montañas se cubren con más nieve, el invierno es cuando menos llueve y en un mismo día te puedes asar de calor al mediodía y “criar” carámbanos de hielo a la noche…
Con este variado y enloquecedor menú, el refrán de “quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”; parece ser norma para verduras y hortalizas, por estas latitudes.
En la foto 1, podéis observar el primero de los procesos, que consiste en hacer la cimentación. Como la estructura es liviana (plástico y madera), no hace falta profundizar mucho, tan solo lo suficiente para introducir los cantos rodados (que hacen de base); en posición vertical.


El siguiente paso (foto 2), es cubrir la cimentación con una capa de adobe o barro, el cual se obtiene directamente del suelo (pues es muy arcilloso). Previamente hay que trillarlo, para eliminar las abundantes piedras y gravillas.


La arena arcillosa obtenida se mezcla con agua, en ese “pseudocráter” que se aprecia en la foto y… ya tenemos el mortero para sellar la cimentación.
Sobre los cimientos se comienzan a colocar los ladrillos de adobe (foto 3). Aproximadamente una carpa de 60 m2 a dos aguas, lleva unos 1.000 adobes, teniendo en cuenta los huecos que hemos de dejar para la puerta, cuatro ventanas laterales y una ventana al fondo (para la ventilación del invernadero).


En las fotos 4 y 5, se pueden apreciar dos vistas generales de la situación actual en la que se encuentra la construcción de las carpas solares (dos para el Centro de Educación Especial Mururata y una para nuestro proyecto de experimentación e introducción del cultivo de fresas o frutillas).
Sobre el techado, para no adelantar acontecimientos…, habrá que espera a la semana próxima; pero hoy, aun me queda algo por contaros.
Como decía antes, el suelo es arcilloso y por ello poco apto para la agricultura. Por esa razón es importante cubrir la capa de tierra original, con otra más rica en nutrientes y apta para el cultivo.
Nosotros hemos optado por introducir en el invernadero un manto de unos 50 cm., a base de tierra negra, turba y abono de oveja. Esta mezcla nos garantiza un mejor rendimiento tanto en cantidad, como en calidad y nos facilitará el alcanzar nuestros objetivos.

A continuación se muestran unos vídeos relacionados con el trabajo de construcción de nuevos invernaderos.



Vídeo 2: Empieza el trabajo


Vídeo 1: Solar para la construcción de nuevos invernaderos

Proyecto Agricultura Urbana

Vídeo 8: Introducción de las fresas en el invernadero

Vídeo 7: Búsqueda de tierra y turba para las carpas

Vídeo 6: Presentación Mujeres Asociación Aprodamh - Senkata

Vídeo 5: Acopio semanal de productos. Asociación Aprodamh - Senkata

Vídeo 4: Carpa San Roque. Producción humus de lombríz

Vídeo 3: Interior Carpa San Roque



Vídeo 2: Visita al barrio de San Roque - Villandrani. El Alto - Bolivia.

Vídeo 1: Descripción General del Proyecto "Agricultura Urbana"

Óscar en Bolivia

Mi nombre es Óscar y soy el técnico de Juventud y Cultura de los Ayuntamientos de Taramundi y Santa Eulalia de Oscos, desde el año 2002.
Mi trabajo con Asociaciones me ha permitido conocer diversas Entidades del ámbito social y fruto de ese acercamiento, en 2007 tuve la oportunidad de participar en un proyecto de Cooperación (Cojutepeque - El Salvador).

Esta fue una experiencia muy intensa y satisfactoria, que siempre ha permanecido en mi recuerdo de manera imborrable; por ello cuando me propusieron volver de nuevo (en este caso a sudamérica), me animé inmediatamente a colaborar con estos proyectos sociales.

He de agradecer a los Ayuntamientos de Taramundi, Santa Eulalia de Oscos y Villanueva, las facilidades que me dieron a la hora de solicitar una excedencia; pues uno de los requisitos para participar de esta experiencia, era comprometerse durante un año con los proyectos en los que se iba a colaborar.

Entre los posibles destinos que se barajaron, finalmente fructificó El Alto (Bolivia), una zona urbana situada en pleno altiplano (por encima de los 4.000 m.), y donde se concentra,uno de los más importantes focos de pobreza de toda Bolivia; pues su cercanía a la capital política del país (La Paz), hace que mucha población indígena (fundamentalmente de etnia aymara), emigre desde el rudo campo andino a la ciudad, en busca de mejores perspectivas; pero la realidad que se encuentran es bastante diferente a la esperada: bajos salarios o ausencia de trabajo, escasas posibilidades de promoción, asentamientos precarios tanto legalmente como por la carencia de servicios básicos…

En este contexto trabaja la Fundación Sembrando Esperanza (FUNDASE), con la cual estoy colaborando durante el presente 2010.

La Fundación desarrolla diversos proyectos relacionados con la Educación Infantil, Educación Especial, el trabajo con jóvenes en riesgo de exclusión, gestiona un Centro de Salud y finalmente trabaja temas de desarrollo local a través de FOCAPACI (Centro de Formación y Capacitación para la Participación Ciudadana), que es la Entidad con la que yo realizo mi labor diaria.

Al llegar a Bolivia roté por diferentes puestos y eso unido al hecho de enfrentarme a una realidad diferente, hizo que en cierto sentido durante un tiempo no encontrara totalmente mi sitio.

El destino me hizo conocer de primera mano los proyectos de Agricultura Urbana, que desde hacía varios años se desarrollaban en varios de los barrios más humildes de El Alto y finalmente allí encontré una oportunidad de aportar lo mejor de mí, hacia los demás.

Resulta evidente que todos los proyectos tienen su importancia y su interés, pero imagino que el hecho de venir de una zona rural, tener relación directa con la gente y trabajar zonas realmente desfavorecidas, me motivo a aprender rápido y tratar de poner un granito de arena, en este mar de dificultades.

En compañía de Wilfredo Blanco (el ingeniero con el que comparto el entusiasmo, por los programas de Agricultura Urbana), comencé a visitar y hacer el seguimiento a los diferentes proyectos ya en marcha.



Por desgracia y a pesar de una labor reconocida por los resultados (que inciden sobre los núcleos y familias más pobres), este año apenas existe financiación para estos temas, lo cual resultaba desalentador (para aquellos que vemos o vivimos esa realidad a diario). Constantemente veíamos incorporarse a los grupos ya creados (y constituidos en Asociación), a nuevas personas que comparten humildad y ganas por aprender y salir del “hoyo” en el que viven.

Todo ello hacía que día a día, tanto yo como Willy, pensáramos en como poder aportar no sólo palabras, sino también acciones, a esta dura realidad; que abriera alguna nueva oportunidad a estas familias, a la espera de que la Alcaldía de El Alto se implique seriamente y también de que el fin de la crisis mundial, posibilite la llegada de más Ayudas al Desarrollo.

Durante un tiempo nos planteamos la posibilidad de introducir el cultivo de setas en invernaderos (utilizados fundamentalmente para el autoconsumo); pues fruto de anteriores Proyectos de Cooperación, una parte de los grupos con los que trabajamos, disponen de este elemento, casi imprescindible para el desarrollo de la agricultura; teniendo en cuenta que está se desarrolla por encima de los 4.000 metros y las temperaturas nocturnas bajan ampliamente de los 0 º durante el invierno.

Finalmente la observación (durante las visitas de seguimiento a los grupos), dió la respuesta a nuestra búsqueda en pro de introducir nuevos cultivos y con ello tratar de generar tanto mejoras económicas, como de las condiciones de vida en estos barrios.

Hemos visto como en las carpas solares existe un espacio sin utilizar (correspondiente a los techos y las paredes), así como éstos podrían ser fácilmente aprovechados, mediante la instalación de estanterías y el cultivo en macetas (reciclando envases plásticos).

Por otro lado, también comprobamos la existencia en pequeña escala de plantines de fresa y la buena calidad de éstas.

Un pequeño análisis del mercado local, nos mostró resultados esperanzadores respecto a viabilidad de su venta (tanto por la demanda, como por el precio); solo había un pequeño escollo, el elevado precio de las plantas de fresa (teniendo en cuenta los reducidos recursos de estas familias).

De aquí surge la idea para desarrollar este proyecto y paralelamente la campaña de ayuda que desde el Ayuntamiento de Taramundi se está realizando.

Queremos construir un invernadero que sirva de vivero, para reproducir plantines de fresa, con vistas a capacitar a las personas con las que trabajamos en la periferia de El Alto y posteriormente cederles a un coste simbólico, un número de plantas suficiente para que puedan iniciar la producción y comercializar fresas, generando así unos recursos extras en la unidad familiar, de una manera autónoma y sostenible.

Los datos previos nos hacen ser muy optimistas respecto a los resultados a alcanzar y la relación coste – riesgo, nos animó a poner en marcha esta idea.

Actualmente estamos comenzando la construcción del vivero y en función de las ayudas recibidas iremos avanzando en la consecución del objetivo mencionado y si las expectativas se ven superadas, podremos incluso alcanzar nuevas metas. Todas tienen un principio común que es la solidaridad y un fin último, que es el autodesarrollo humano.

Con la ayuda de todos y todas, podremos avanzar y sentirnos partícipes de este importante cambio, para muchas personas que en la actualidad lo necesitan y están luchando por tener esa oportunidad.

Proyecto de Agricultura Urbana

Qué es la Agricultura Urbana

En nuestro contexto (Bolivia), la Agricultura Urbana es una práctica que se realiza en la periferia de la ciudad con el cultivo de hortalizas en invernaderos (ya que los meses de junio, julio y agosto son muy fríos y secos, por lo cual no se puede tener ningún cultivo a la intemperie), así como la crianza de animales menores como el cuy (especie de roedor andino), conejos y gallinas, por el poco espacio que ocupan y la rápida disponibilidad de productos para el autoconsumo.

Ambas actividades son complementarias, ya que se utilizan los residuos de la producción agrícola para la alimentación de los animales y los desechos de los animales (abono o estiércol) para el cultivo.

También se realiza el reciclaje de algunos desechos provenientes de los mercados (fundamentalmente de origen vegetal), que se encuentran en gran cantidad.

Actualmente no existe una política de recogida selectiva de la basura, razón por la cual estos desechos son recogidos junto con otra basura. Las familias que se dedican a criar animales y cultivar hortalizas, reciclan estos elementos, utilizándolos bien para alimentar animales o para producir compost y humus de lombriz.

La agricultura urbana además comprende también la transformación de algunos productos como los huevos criollos o “caseros” en masitas, tortillas o postres y finalmente, la comercialización de los excedentes (tanto agrícolas, como ganaderos).

Cuáles son las características de la Agricultura Urbana

- Son actividades de producción a pequeña escala con intenso uso de mano de obra.

- La producción es pequeña, de calidad y evita el uso de agroquímicos, por lo que la producción es orgánica.

- Generalmente se producen alimentos para autoconsumo y los excedentes son comercializados en pequeños mercados como productos orgánicos y ecológicos.

- Se realiza en los patios de las familias asentadas en áreas periféricas de la ciudad.

- Recicla los desechos orgánicos como restos de verduras, pastos de jardines, cáscaras de hortalizas que se produce en la ciudad, para alimentar animales menores. Los restos en estado de descomposición son destinados a la elaboración de abonos orgánicos como el compost y humus de lombriz.

- Beneficia a familias de escasos recursos quienes con esta actividad obtienen sus alimentos y los excedentes son comercializados para la generación de recursos económicos.

- Para la producción se necesita infraestructura especial (invernadero o carpa solar) que generalmente es la limitante económica para que la agricultura urbana se expanda por toda la periferia (pues habitualmente son focos de pobreza).

Cuál es la situación actual de la agricultura urbana en El Alto

Existen cerca de 2000 familias que se dedican a esta actividad.

Alrededor de 100 están agrupadas en 4 asociaciones de diferentes lugares del Municipio de El Alto.

Nosotros hemos trabajamos en 5 años con casi 500 familias (la mayoría de ellas no asociadas). Actualmente solo se trabaja con grupos organizados o que quieren organizarse, pues se optimizan recursos, aumentan los beneficios para las familias y el proyecto se hace más sostenible y autosuficiente (principalmente de cara a la adquisición de materias primas, la comercialización de los excedentes y la defensa de sus intereses ante la administración).

A pesar de que se han demostrado interesantes resultados con esta actividad de desarrollo endógeno; el gobierno local no apoya estos emprendimientos, por lo que muchos productores recurren a diferentes Instituciones de Ayuda al Desarrollo, que trabajan con financiamiento del exterior.

A continuación mostramos algunas fotografías de los proyectos que apoyamos desde hace 5 años.




Durante el presente 2010 nuestro presupuesto nos impide seguir realizando inversiones productivas en este sector, por lo que nuestra labor ha de centrarse únicamente en el apoyo y asesoría técnica a estas familias en desventaja social.

Es importante señalar que con esta actividad muchas familias pueden mejorar su calidad de vida, ya que las familias del extrarradio del Municipio de El Alto, generalmente por naturaleza son productores agrícolas que migraron de sus tierras de origen en busca de un futuro mejor; sin embargo en la ciudad, incluso las personas mejor preparadas no pueden acceder a puestos de trabajo. A causa de ello muchos grupos familiares viven en la indigencia, donde los más perjudicados son los niños, que son criados en gran número en estos lugares.